Estas verdades que convierten al inconverso, deben igualmente de avivar al creyente a evangelizar.
El versículo concibe lo imposible. Reúne en un párrafo las ideas más repelentes imaginables:
Dios, y el mundo. No hay nada que Dios deteste más que el pecado, y el mundo es:
'un mundo de pecado'. Es, al abominable mundo, que Dios propuso amar, y no con un amor a regañadientes.
A lo más despreciable, dio lo más preciado, lo invalorable, lo inimaginable: a su Hijo. Al unigénito, es decir, a su Hijo singular. No solo por ser uno, sino por ser inigualable en gloria. Lo más querido de Dios.
Este es el verdadero amor, amor incondicional, amor que sobrepasa todo entendimiento.
Amor que Dios nos ha dado, alabémoslo y exaltemos su Santo y maravilloso nombre por todo los siglos.
Estas verdades que convierten al inconverso, deben igualmente de avivar al creyente a evangelizar.
El versículo concibe lo imposible. Reúne en un párrafo las ideas más repelentes imaginables:
Dios, y el mundo. No hay nada que Dios deteste más que el pecado, y el mundo es:
'un mundo de pecado'. Es, al abominable mundo, que Dios propuso amar, y no con un amor a regañadientes.
A lo más despreciable, dio lo más preciado, lo invalorable, lo inimaginable: a su Hijo. Al unigénito, es decir, a su Hijo singular. No solo por ser uno, sino por ser inigualable en gloria. Lo más querido de Dios.
Este es el verdadero amor, amor incondicional, amor que sobrepasa todo entendimiento.
Amor que Dios nos ha dado, alabémoslo y exaltemos su Santo y maravilloso nombre por todo los siglos.