2) El rey, las autoridades y toda la asamblea de Jerusalén habían acordado celebrar la Pascua el segundo mes, al no haber podido celebrarla a su tiempo,
34) al rey y a toda la comunidad les pareció acertado el acuerdo.
5) Así que decidieron hacer correr la voz por todo Israel, desde Berseba hasta Dan, para que acudiesen a Jerusalén a celebrar la Pascua del Señor, Dios de Israel, pues muchos no lo hacían como estaba prescrito.
6) Los correos, con las cartas del rey y de las autoridades, fueron recorriendo todo Israel y Judá, pregonando el decreto real: — Israelitas, conviértanse al Señor, Dios de Abrahán, Isaac e Israel, y el Señor se reconciliará con el resto de los que han escapado del poder de los reyes de Asiria.
7) No imiten a sus padres y sus hermanos que por ser infieles al Señor, Dios de sus antepasados, fueron condenado al horror, como ustedes mismo han podido comprobar.
8) No sean tan tercos como sus padres;
Reconcíliense con el Señor, acudan a su santuario consagrado para siempre y silban al Señor, su Dios, para que su ardiente te colera se aparte de ustedes.
9) Si se convierten al Señor, sus hermanos e hijos hallarán compasión en quienes los han deportado y podrán regresar a este país, pues el Señor es misericordioso y compasivo y no les dará la espalda, si se convierten a él.
2 CRÓNICAS 30:1, 9
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