2. La cruz parece el fin de una historia trágica: un líder ejecutado, sus seguidores desorientados y una causa aparentemente perdida. Sin embargo, las palabras de “Consumado” transformó este momento de derrota en la mayor victoria jamás contada. La cruz no es el final; es el inicio de algo completamente nuevo. Pensemos en el contexto. En la cultura judía, cuando un deudor finalmente pagaba su deuda, el acreedor marcaba la factura con una palabra: tetelestai, que significa pagado por completo. Eso es exactamente lo que Jesús proclamó desde la cruz. No solo cumplió las profecías del Antiguo Testamento, sino que pagó completamente el precio del pecado humano.
3. Pensemos en el contexto. En la cultura judía, cuando un deudor finalmente pagaba su deuda, el acreedor marcaba la factura con una palabra: tetelestai, que significa “pagado por completo”. Eso es exactamente lo que Jesús proclamó desde la cruz. No solo cumplió las profecías del Antiguo Testamento, sino que pagó completamente el precio del pecado humano.
4. Imagina que alguien pagara todas tus deudas financieras. Serías libre de enfocarte en construir tu futuro en lugar de preocuparte por tu pasado. Ahora, considera esto: Jesús hizo eso por tu alma. ¿Estás viviendo como alguien que realmente cree que su deuda ha sido cancelada?
5. Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús. El pecado es un peso que nos encadena. Nos hace sentir indignos, separados de Dios y cargados de culpa. Pero en la cruz, Jesús asumió todo ese peso. Cuando dijo “Consumado' declaró que el poder del pecado sobre nuestra vida había sido destruido.6. A veces, seguimos viviendo como si fuéramos esclavos del pecado. Nos castigamos por errores pasados, dudamos de nuestro perdón y nos sentimos incapaces de cambiar. Pero la verdad es que Jesús rompió esas cadenas. Ahora podemos caminar en libertad.
7. un inventario de las cosas que te están pesando hoy: errores, decisiones, relaciones rotas.Escríbelas en un papel y léelas en voz alta. Luego, ponlas a los pies de la cruz en oración, sabiendo que Jesús ya las llevó por ti.