Solo una cosa he pedido al Señor, solo una cosa deseo: estar en el templo del Señor todos los días de mi vida, para adorarlo en su templo y contemplar su hermosura. Cuando lleguen los días malos, el Señor me dará abrigo en su templo; bajo su sombra me protegerá. ¡Me pondrá a salvo sobre una roca! Entonces podré levantar la cabeza por encima de mis enemigos; entonces podré ofrecer sacrificios en el templo, y gritar de alegría, y cantar himnos al Señor. A ti clamo, Señor: escúchame. Ten compasión de mí, ¡respóndeme! El corazón me dice: «Busca la presencia del Señor.» Y yo, Señor, busco tu presencia.
Salmos 27:4-8
El significado literal de ese concepto es defensa, con la implicación de que se trata de ser cubierto por algo o por alguien. O sea, que el salmista nos está diciendo que acercase a Cristo el Señor, el Altísimo, el Hijo del Hombre, provoca que la sombra del Todopoderoso, la defensa del Omnipotente nos cubra.