Muchas veces cometemos el error de relegar en otras personas, nuestras responsabilidades. Pero debo decirte que, mi experiencia de vida y mis estudios realizados, me han demostrado que la vida está en nuestras propias manos. Somos arquitectos de nuestro futuro y si aprendemos a tomar las decisiones correctas, nuestro escenario lúgubre cambiará rotundamente.
Aquí van tres tips que te pueden ayudar a cambiar tu futuro:
Cambiar nuestro estado de ánimo
La Biblia dice que el ser humano es un ser tripartito: espíritu, alma y cuerpo. En el alma se encuentran las emociones, los afectos y los pensamientos y estos tres interactúan, entonces cuando la persona tiene un estado de ánimo desalentador esto lo afecta física y mentalmente. Un estado de ánimo angustiante paraliza el crecimiento entonces la persona necesita un inflador de ánimo y ese inflador es Dios. Un claro ejemplo se encuentra en el deporte, algunos equipos de futbol convocan a un pastor para que se ocupe de la parte anímica del jugador ya que con las tensiones que se viven en el futbol profesionalizado de hoy, necesitan estar bien emocionalmente.
No presentar excusas
Las escusas solo satisfacen a las personas que las enuncian y para colmo debilitan el carácter. La palabra excusa está compuesta por el prefijo “ex” que significa afuera y “cusa” que viene de causa. Una excusa es poner externamente la causa de lo que me pasa.
Pero debemos actuar de otra forma. Ser valientes y pedir perdón por nuestros errores. Esto contrario a lo que la mayoría de la gente piensa, no debilita nuestra autoridad, sino que nos fortalece. La persona es mucho más grande cuando reconoce sus propios errores que cuando los tapa.
Tener una mirada esperanzadora
La preocupación es rotundamente una actitud negativa. Muchas de las personas pasan demasiado tiempo pensando en el problema en vez de enfocarse en las soluciones. El lema debe ser: “No me importa los problemas, me importan las soluciones”. Debemos poner toda nuestra creatividad en encontrar las soluciones. Creando, es cómo vamos a encontrar las puertas de escape y las alternativas al problema que pueda tener.
Como conclusión debemos poner en práctica nuestra fe. No ponernos ansiosos ya que la ansiedad es una bomba de tiempo. La fe es un valor fantástico que Dios nos regaló. Jesús habló que la fe del tamaño de una semilla de mostaza tenía la capacidad para mover una montaña.
Debemos conectarnos con nuestra fe ya que es asombroso saber que cuando la persona le cree a Dios nada es imposible.
Osvaldo Carnival
Muchas veces cometemos el error de relegar en otras personas, nuestras responsabilidades. Pero debo decirte que, mi experiencia de vida y mis estudios realizados, me han demostrado que la vida está en nuestras propias manos. Somos arquitectos de nuestro futuro y si aprendemos a tomar las decisiones correctas, nuestro escenario lúgubre cambiará rotundamente.
Aquí van tres tips que te pueden ayudar a cambiar tu futuro:
Cambiar nuestro estado de ánimo
La Biblia dice que el ser humano es un ser tripartito: espíritu, alma y cuerpo. En el alma se encuentran las emociones, los afectos y los pensamientos y estos tres interactúan, entonces cuando la persona tiene un estado de ánimo desalentador esto lo afecta física y mentalmente. Un estado de ánimo angustiante paraliza el crecimiento entonces la persona necesita un inflador de ánimo y ese inflador es Dios. Un claro ejemplo se encuentra en el deporte, algunos equipos de futbol convocan a un pastor para que se ocupe de la parte anímica del jugador ya que con las tensiones que se viven en el futbol profesionalizado de hoy, necesitan estar bien emocionalmente.
No presentar excusas
Las escusas solo satisfacen a las personas que las enuncian y para colmo debilitan el carácter. La palabra excusa está compuesta por el prefijo “ex” que significa afuera y “cusa” que viene de causa. Una excusa es poner externamente la causa de lo que me pasa.
Pero debemos actuar de otra forma. Ser valientes y pedir perdón por nuestros errores. Esto contrario a lo que la mayoría de la gente piensa, no debilita nuestra autoridad, sino que nos fortalece. La persona es mucho más grande cuando reconoce sus propios errores que cuando los tapa.
Tener una mirada esperanzadora
La preocupación es rotundamente una actitud negativa. Muchas de las personas pasan demasiado tiempo pensando en el problema en vez de enfocarse en las soluciones. El lema debe ser: “No me importa los problemas, me importan las soluciones”. Debemos poner toda nuestra creatividad en encontrar las soluciones. Creando, es cómo vamos a encontrar las puertas de escape y las alternativas al problema que pueda tener.
Como conclusión debemos poner en práctica nuestra fe. No ponernos ansiosos ya que la ansiedad es una bomba de tiempo. La fe es un valor fantástico que Dios nos regaló. Jesús habló que la fe del tamaño de una semilla de mostaza tenía la capacidad para mover una montaña.
Debemos conectarnos con nuestra fe ya que es asombroso saber que cuando la persona le cree a Dios nada es imposible.
Osvaldo Carnival