DEVOCIONALES

  • La vida que agrada a Dios

    Pablo siervo de nuestro Señor amado Jesucristo nos exhorta a  vivir la vida que le agrada a nuestro Señor.

    1. Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más. 

    2. Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús; 

    3.  pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; 

    4. que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; 

    5.  no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; 

    6.  que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado. 

    7.  Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación. 

    8.  Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo. 

    9.  Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros;

    10. y también lo hacéis así con todos los hermanos que están por Macedonia. Pero os rogamos, hermanos, que abundéis en ello más y más.

    Puedes compartir este sitio
  • MENÚ
    Que sería de mi si tú no me hubiera alcanzado
    Alabanza por la justicia de Dios
    La oración
    La bienaventuranza
    Yo estoy contigo
    Excelencia y eternidad de la Sabiduría
    El propósito de Dios en tu vida

DEVOCIONALES

La vida que agrada a Dios

Pablo siervo de nuestro Señor amado Jesucristo nos exhorta a  vivir la vida que le agrada a nuestro Señor.

1. Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más. 

2. Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús; 

3.  pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; 

4. que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; 

5.  no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; 

6.  que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado. 

7.  Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación. 

8.  Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo. 

9.  Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros;

10. y también lo hacéis así con todos los hermanos que están por Macedonia. Pero os rogamos, hermanos, que abundéis en ello más y más.

Puedes compartir este sitio

XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX

XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX

XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información y limitar el uso de cookies en nuestra política de cookies.
Copyright © 2023 Todos los derechos reservados
El Paralítico de Betesda | Juan 5:1-18 | Reina Valera 1960
Cookies - Aviso Legal - Mapa del sitio
Visitas:   144,554
Copyright © 2023 Derechos reservados
Cookies - Aviso Legal - Mapa del sitio
Visitas:   144,554