DEVOCIONALES

  • El poder y la riqueza

    En muchísima ocasiones he visto cuan grande es el mal y el odio qué hay en los hombres, como nos comportamos los hombre, podemos ser muy humildes como hombre, y cuanto más humilde somos, cuando llegamos a ocupar un cargo, podemos ser honesto, sincero, cariñoso, pero basta que Dios nos dé la oportunidad de acumular riqueza, o poder, en ese mismo instante se nos olvida la humildad, el amor por el próximo, sé no olvida, y se nos sube los sumos a la cabeza, y nos olvidamos de Dios, de ya nos sale la humildad,  nos olvidamos del necesitados, nos convertimos en personas crueles, despiadado, imperdonable, y hablamos con toda la boca como por ejemplo:

    a) El que me la hace me la paga, 

    b) si no hace lo que yo dijo acabaré con el. 

    d) Si un día dijera algo el cual yo me siento aludido, usare todos mi recursos  y poder y mi riqueza para acabar con el, para hacerle pagar o tragarse sus palabras, y aunque me pida perdón yo no lo perdonare. Nos convertimos en Jueses, para juzgar con todo el peso de la ley.

    Por eso dice la Biblia en el libro de Eclesiastés los siguientes:

    9. Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas.

    Efesios 6:9 

    Amado amigos(a) Predicador visto debajo del sol.

    6.  Hay un mal que he visto debajo del cielo, y muy común entre los hombres: 

    2.  El del hombre a quien Dios da riquezas y bienes y honra, y nada le falta de todo lo que su alma desea; pero Dios no le da facultad de disfrutar de ello, sino que lo disfrutan los extraños. Esto es vanidad, y mal doloroso. 

    3 Aunque el hombre engendrare cien hijos, y viviere muchos años, y los días de su edad fueren numerosos; si su alma no se sació del bien, y también careció de sepultura, yo digo que un abortivo es mejor que él.

    Pero de una cosa no podemos pasar por alto, y es que Job si Dios le enseño porque él abrí su ojos para que entendamos que solo Dios dio, y que también puede quitar por mucho y que creamos que no necesitamos de Dios.

    Amigo (a) nunca te crea que el poder y la riqueza es tu Dios. Seamos más humilde, aprendamos a perdonar, ayudemos a necesitado, porque Dios hizo el uno y el otro. 

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El poder y la riqueza

En muchísima ocasiones he visto cuan grande es el mal y el odio qué hay en los hombres, como nos comportamos los hombre, podemos ser muy humildes como hombre, y cuanto más humilde somos, cuando llegamos a ocupar un cargo, podemos ser honesto, sincero, cariñoso, pero basta que Dios nos dé la oportunidad de acumular riqueza, o poder, en ese mismo instante se nos olvida la humildad, el amor por el próximo, sé no olvida, y se nos sube los sumos a la cabeza, y nos olvidamos de Dios, de ya nos sale la humildad,  nos olvidamos del necesitados, nos convertimos en personas crueles, despiadado, imperdonable, y hablamos con toda la boca como por ejemplo:

a) El que me la hace me la paga, 

b) si no hace lo que yo dijo acabaré con el. 

d) Si un día dijera algo el cual yo me siento aludido, usare todos mi recursos  y poder y mi riqueza para acabar con el, para hacerle pagar o tragarse sus palabras, y aunque me pida perdón yo no lo perdonare. Nos convertimos en Jueses, para juzgar con todo el peso de la ley.

Por eso dice la Biblia en el libro de Eclesiastés los siguientes:

9. Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas.

Efesios 6:9 

Amado amigos(a) Predicador visto debajo del sol.

6.  Hay un mal que he visto debajo del cielo, y muy común entre los hombres: 

2.  El del hombre a quien Dios da riquezas y bienes y honra, y nada le falta de todo lo que su alma desea; pero Dios no le da facultad de disfrutar de ello, sino que lo disfrutan los extraños. Esto es vanidad, y mal doloroso. 

3 Aunque el hombre engendrare cien hijos, y viviere muchos años, y los días de su edad fueren numerosos; si su alma no se sació del bien, y también careció de sepultura, yo digo que un abortivo es mejor que él.

Pero de una cosa no podemos pasar por alto, y es que Job si Dios le enseño porque él abrí su ojos para que entendamos que solo Dios dio, y que también puede quitar por mucho y que creamos que no necesitamos de Dios.

Amigo (a) nunca te crea que el poder y la riqueza es tu Dios. Seamos más humilde, aprendamos a perdonar, ayudemos a necesitado, porque Dios hizo el uno y el otro. 

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El Paralítico de Betesda | Juan 5:1-18 | Reina Valera 1960
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